Autor: AqueJey
Valencia, España
Hola...
Tengo 34 años casado sin hijos, y aunque
siempre me había considerado heterosexual, lo que me pasó en un centro
comercial de Valencia me ha hecho dudar. Me describo un poco, soy alto, moreno,
y aunque no soy nada metrosexual me depilo el pecho y la espalda ya que
tengo demasiado vello y en verano molesta, las piernas súper pobladas
de vello y por mis años de jugar al fútbol muy duras.
Mi esposa sufre de migrañas muy fuertes,
tanto que puede pasar meses sin que pueda hacer vida normal, así que mi
vida normal se ve muy afectada, y ya ni que contar de mi vida sexual,
lo de hacerme pajas lo veo cosas de chavales y a mi edad o te corres en
un buen coño o paso de correrme para que luego se vaya a una servilleta.
El caso es que tuve que hacer la compra
yo solo en una tienda de estas grandes, pero antes de entrar quise mirar
unas camisas y unos pantalones para mi curro, en eso me entran ganas de
mear, así que busco los baños más cercanos, entro y todo normal, me
acerco al urinario y echo una buena meada. Cuando miro hacia atrás y en
el reflejo del espejo, veo a un niñato de rodillas de no más de 16 años
en lo que parece ser realizando sexo oral a un hombre.
Uffff automáticamente se me puso morcillona, fue tomando tamaño y aumentado mi curiosidad...
De repente veo que el hombre sale del
baño, oigo que tiran de la cadena del váter, pero el niñato está sin
salir, me armo de valor y entro en el baño donde efectivamente sigue el
niñato muy sorprendido de verme entrar sin previo aviso.
Sin decir palabra el crío va a lo suyo,
me baja la bragueta y saca mi rabo, se sorprende un poco al ver el
grosor de mi polla, a pesar de que no me medirá más de 17 cm es bastante
ancha, pero eso al crío le da igual, la come de lujo, se nota la
experiencia, ni cuando me voy de putas me lo habían hecho tan bien, solo
noto un placer infinito cuando se la traga entera, cosas que pasan en
las pelis guarras y con lo que soñamos todos los hombres cuando nos
hacen una buena mamada.
Entra gente, le digo con señales al
niñato que no haga ruido, lo último que quiero son problemas, así que el
niñato obedientemente se queda quieto con mi rabo en su boca, intenta
moverse y lo tiro del pelo para que se quede quieto, noto como la saliva
baja a través de mi capullo bañándome los huevos con su saliva. Cuando
oigo que ya no hay nadie le levanto, le pongo de pie y veo un culo
precioso, sin vello, duro...
Yo: ¿Te han follado alguna vez?
Crío: No... pero no busco eso.
Yo: Me da igual.
Me impongo, el chaval no medirá más de
1,70 y yo con 1,85 que tengo lo tomo del pelo y pego su cara a la pared,
como un poseso y la polla súper ensalivada busco su agujero, las piernas
del chaval tiemblan, voy muy despacio hasta que doy con su agujero,
noto como me aprieta el rabo, el niñato se queja, yo automáticamente le
tapo la boca, de nuevo oigo personas que entran y de nuevo me quedo
quieto con la mitad de mi rabo dentro de él, cosa que ayudó ya que su
agujero se fue abriendo y dilatando.
Para su suerte no tardo mucho en
correrme, y es cuando viene el acojonamiento, diciéndome a mí mismo qué
había hecho y veo la cara del niñato que más de placer es de terror, fui
muy duro tanto con él como con su culo, veo mi rabo con algo de sangre,
cosa que no me sorprende ya que soy consciente que el grosor de mi rabo a
veces más que placer jode.
Me limpio y salgo prácticamente huyendo de los baños, no compro nada y voy a por mi coche...
Como dije antes... no quiero líos.
AqueJey
¿Y tú?... Envía tu relato con tu nombre (o seudónimo) y la ciudad de donde escribes a homosexum@gmail.com
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